Las Islas Galápagos son una herencia única en el mundo, situadas aproximadamente a 100 km de la costa ecuatoriana. Esta región está formada por 15 islas principales y más de 107 islotes y rocas, con un área total de tierra de alrededor de 800 kilómetros cuadrados.
Este conjunto de islas alberga dos de los más importantes patrimonios naturales de la humanidad: El Parque Nacional Galápagos y la Reserva Marina de Galápagos, que es la segunda más grande del mundo; es por esto que las islas Galápagos tienen la categoría de Reserva de la Biósfera.
En comparación con la mayoría de archipiélagos oceánicos, Galápagos es muy joven. Ya que, cuando sus islas emergieron hace 5 o 9 millones de años atrás, no se había desarrollado la vida en ellas. Cualquier annimal o planta considerado nativo de Galápagos debió haber llegado a las islas de alguna manera desde otra parte del planteta. Como los pingüinos, provenientes del sur y los lobos marinos, provenientes del norte. Exceptuando la intervención humana, los organismos llegaron allí de dos formas: por mar o por aire, ya sea nadando o volando por sus propios medios; otros, en cambio, fueron arrastrados por vientos, un ejemplo vivo son las esporas de las plantas. Los seres vivos que lograron sobrevivir y reproducirse permanecen hasta ahora en estas increíbles islas. Pero no debió haber sido muy fácil para ellos, ya que tuvieron que adaptarse al ecosistema y competir con otros inmigrantes para ganar, ya sea territorio o pareja.
Una visita al archipiélago inspiró y sirvió para fundamentar la teoría de la evolución expuesta por el naturalista inglés Charles Darwin, autor de "El origen de las especies". Es por eso que las islas son consideradas "el mayor laboratorio natural del mundo", pues increiblemente recibe 20.000 visitantes anuales por lo que se está convirtiendo en uno de los pilares de la economía insular. Sin embargo, la intensa afluencia de turistas plantea retos importantes para la conservación de las especies.
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